Perdonen lo extemporaneo del post, pero mis obligaciones laborales y maritales me habian tenido lejos de la estocada. La junta cafetera con lluvia fue muy entretenida, es agradable conocer a otros tipos que ante un cafe acompañado por un buen par de pechugas, se permiten por un momento olvidarse de la voragine que sucede al otro lado de la puerta del cafe.
Mis saludos y agradecimientos a los viejos cafeteros, que con su experiencia y sabios consejos nos orientaron por el mal camino del pecado que se encuentra vertido en una taza de cafe.