LOLITA, Una Dulce y Apasionada Sorpresa.

Anciano_Novato · 21 de Febrero del 2018

Nombre = LOLITA;

Edad = 21 años cumplidos;

Valor = 4 Arturos;

Nacionalidad = Dulcemente Chilenísima;

Ubicación = Sector Residencial de Providencia;

Lugar = Edificio moderno y acogedor;

Conserje = Sí (aunque pasé piola);

Horario = 11:00 horas;

Recepción = Muuuy Atenta. Grata recepción;

Servicio:

Empotamiento = 75% para ser 1era. vez;

Estatura = 1,65-1,70m aprox.;

Contextura = Delgada pero bien apretadita;

Cara = Muy Bonita;

Nivel de Photoshop = Quizás algún detallito menor, pero claramente es ELLA;

Trato = Cautivadoramente Simpática y Agradable;

Besos = Sabrosos, profundos y motivadores;

Boobies = Hermosas, Dulcemente Pequeñas pero muuuuy Sensibles;

Culito = Hermoso, Redondito, Acariciable, Besable y más;

Pussy = Perfectamente Rasurada, Sin Nada Raro, Devorable;

Mamón = CON; si bien es cierto es punto en contra es SU norma, sabe muy bien lo que hace y ¡CÓMO LO HACE!;

Movimientos Pélvicos = ¡Uf! Literalmente una Batidora, de menos a más;

Anal = Por Valor Adicional (¡y sólo uno diario y dependiendo del tamaño del solicitante!);

Ambiente = Departamento Muuuy Confortable y Grato;

Atención = Es una Encantadora Señorita.

Volverías = ¡Obviamente! La seguiré visitando... ¡me fascinó!

Experiencia:

Habiendo revisado el portal, se me cruza entre ceja y ceja esta Señorita: LOLITA. Se alinearon los astros y logramos concretar cita para este miércoles a primera hora. De sólo imaginármela no negaré que me sobaba mis manitas.

Llegado el día y la hora, paso a comprarle un pequeño engañito, un detallito, y me dirijo a su locación. LOLITA ya me esperaba. Ingreso al edificio, conserje me ausculta visualmente e imagina no revisto peligro alguno para el edificio así que me permite el acceso con un mutuo y gentil "buen día".

Enfrento el ascensor, marco el piso del séptimo cielo, hasta que después de varias paradas obligadas llego al deseado nivel. Me asomo al pasillo, observo con detención en qué dirección he de marchar y decido correctamente. Llego frente a su puerta y ya mi cuchara estaba a mil...

Pulso el timbre, se sienten sus pasos, se abre la hoja permitiéndome el acceso al Departamento, ingreso, volteo y la veo: delgada, sonriente, luminosa, de gafas, enfundada en hermosa ropa interior y cubriéndola una bata de seda negra. Beso, un "¡Hola! ¿Cómo estás?" e ingresamos al hermoso recinto muy bien distribuido.

Le entrego a LOLITA mis humildes presentes. Los recibe, los guarda agradecida y me guía al lecho indicándome me siente a conversar un poco. Sin embargo le pido me permita darme una ducha primero dado todo lo que tuve que correr para llegar a una hora relativamente decente a mi cita.

Me cede una alba toalla doblada, con aroma a frescura, limpia, y me indica el baño. Me doy la obligada ducha con un buen aseo, aunque ya me había duchado en casa, el sólo hecho de correr para poder llegar a ella hizo transpirara y, por tanto, ameritaba aquella revitalizante ducha.

Regreso a la habitación enfundado en aquella toalla exhibiendo descaradamente lo más prominente de mi humanidad: mi vientre. LOLITA, mientras, estaba tendida sobre la cama revisando mensajes en su celular. Al verme aparecer lo deja en modo "Silencio" y queda éste sobre su velador.

Me invita gentilmente a tenderme a su lado. Conversamos de nuestras vidas, de nuestros trabajos, de lo tenso que ella me percibía y, sin decir "agua va", me monta a horcajadas sobre mis piernas retirándome la toalla y yo sintiendo en mis pantorrillas sus cálidos y firmes glúteos.

Mientras continuábamos en la conversación, me brindó un no menos reconfortante masaje, suave, relajante, muy agradable así como la conversación que sosteníamos. Al terminar ella de brindarme esta atención, me pide me voltee. Alcanza desde su velador el típico sobre metalizado, extrae su ya conocido contenido y, con su propia boca, coloca aquel disfraz traslúcido en mi órgano que, al tenor de sus besos y dedicación, cada vez más se fue convirtiendo en piedra. Me entregué a ojos cerrados a las sensaciones que me brindaba con cada beso, lengüetazo y caricia que le brindaba a mi nunca bien ponderado minion. Después de varios minutos en aquellos menesteres, abro mis ojos y le observo brindándome placer. Le sugiero nos diéramos esos mismos cariños mutuamente. Sonríe, se voltea, yo aún tendido ella distribuye su hermosa humanidad sobre mí, dejando al alcance de mi boca aquel panal de dulce elixir que, al tenerlo frente a mí, inicié un recorrido local para luego dedicarme a su clítoris.

Acomodé una de las almohadas bajo mi cabeza quedando con mi boca mucho más cerca de su cálida y húmeda vulva, por lo que besé, lambeé y libé aquel elixir de dioses desde aquella gruta de vida con fruición y dedicación obsesa. Sus estertores en aquellas cimbreantes caderas me indicaron que había obtenido el ansiado premio y, dado que LOLITA continuaba afanada con mi verga, continué drenando aquel manantial hasta que nos agotamos y, ella volteándose sobre mí, con una de sus manos, guía mi abyecto apéndice hacia su intimidad. Una vez correctamente colocado, decide descender sobre mí suave, lentamente, dejándose caer lenta y repetidamente hasta alcanzar un ritmo embriagador.

Aferrado a sus nalgas con ambas manos, buscaba besar sus boobies que se bamboleaban frente a mis ojos. Capturada una y luego la otra, LOLITA me consulta "¿te gusta mirar?", respondiéndole afirmativamente. Entonces ella cambia la posición de sus piernas y nuestros cuerpos se separan permitiéndome apreciar como en cada embate mi indignidad entraba y salía de su vulva.

Percibiendo su agotamiento en su esfuerzo, le sugiero cambiemos posición a la típica "Doggy Style". Lentamente me libera de su dulce prisión, se acomoda sobre la cama mientras me yergo y ubico tras ella. ¡Qué maravillosa vista! Ya tras ella, ubico mi órgano en su intimidad, vuelvo a entrar suavemente e inicio mi ya típico vaivén observando y disfrutando aquella vista de su ya sudorosa pero sinuosa y hermosa espalda. Deja caer su cara sobre la cubrecama adoptando una mejor posición mientras mis manos se aferraron cual ave de rapiña a sus nalgas y le guiaba en mis embates cada vez más intensos. LOLITA gemía, yo jadeaba, hasta que me fue inevitable contener aquella explosión de estrellas y sensaciones maravillosas volcando dentro del traje de hule mi simiente.

Unos últimos embates, un par de jadeos más y mis garras en ristre recorrieron su suave y mojada espalda varias veces, caigo rendido sobre ella brindándole besos agradecidos a sus hombros, su cuello, sus mejillas y finalmente su boca.

Lenta y cuidadosamente me retiro de ella. LOLITA, presta, alcanza toallitas húmedas, retira el traje de buzo de mi ahora más indigno y triste apéndice, me limpia diestramente y dispone certeramente de aquel "material peligroso".

Luego de este pequeño pero necesario proceso se tiende junto a mí, brindándonos nuevas y agradecidas caricias, más besos e intercambiando palabras hilando una nueva conversación. Luego de un breve lapso, le consulto si estaremos "en tiempo". Observa su olvidado celular y me muestra la hora que éste registra: quedaba un minuto.

Le beso profundamente una vez más, me despido de sus hermosas boobies y de aquel dulce manantial de placer. Levanto la toalla y marcho a la ducha. Regreso a la habitación vestido y perfumado. Le vuelvo a besar para despedirme y me dice "te acompaño a la puerta...". Se yergue, camina frente a mí mostrándome, una vez más, sus maravillosas redondeces de su baja espalda. Antes de abrir la puerta nos besamos una vez más. Le expreso un muy sincero "muchas gracias". Se esconde tras la hoja de la puerta y salgo de aquel paraíso. Subo al ascensor. Al salir a aquel ensordecedor bullicio de la gris ciudad recuerdo, sonrío, y agradezco una vez más el haber conocido a LOLITA, una Dulce y Apasionada Sorpresa.

Buenas noches.

Anciano Novato

La EstoCada

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Editado 21 de Febrero del 2018 por Lord Wolfman

Lord Wolfman · 21 de Febrero del 2018